Capitulo 2: El aeropuerto

XXX: ¡Sorpresa! Me voy contigo de vacaciones. Yo estaba anonadada, alucinada, fascinada, sorprendida, emocionada... y todos los adjetivos que expresen asombro.
Tú: ¡¿Qué haces tú aquí?!
Rosa: Pues que me voy contigo de vacaciones. ¿No te alegras?
Tú: ¿Que si me alegro? Las vacaciones de verano son para pasarlas con la familia, así que si tú te vienes, ¡será como si fueses de mi familia!
Rosa: Jejeje.
Tú: ¿Y cómo es que tus padres te han dejado venirte?
Rosa: Me prometieron que si sacaba tres sobresalientes en las notas del tercer trimestre me dejarían venir, ¡y he sacado cuatro!
Tú: ¡Qué bien!
Estaba muy contenta porque Rosa se iba a venir conmigo al lugar desconocido al que me llevaban mis padres.
Tú: Por casualidad, ¿tú no sabrás a dónde vamos, no?
Rosa: Em... yo...
Tú: ¿Eso significa que lo sabes?
Rosa: Me han dicho que no te diga nada.
Tú: ¿Pero por qué nadie me dice nada? Me siento excluida...
Rosa: No estás excluida. Tú sólo piensa que dentro de unas horas lo sabrás.
Esto es el colmo, ¡ahora ni siquiera mi mejor amiga me dice a dónde vamos! Y sigo sin entender por qué no me lo dicen. ¿Acaso hay una sorpresa esperándome allí? No lo creo, no es mi cumpleaños, ni tampoco mi santo.
Mamá: Venga, cariño, tenemos que irnos ya o perderemos el avión.
Tú: ¡Voy!
Cogí la maleta y la coloqué en el maletero del coche. Cuando Rosa colocó la suya, nos subimos en él.
Papá: ¿Lleváis puestos los cinturones?
Todos: ¡Sí!
Tu padre: Pues, ya podemos salir.
El coche es de 5 plazas. En los asientos delanteros se sentaron papá y mamá, y en los de detrás, Fernan, Rosa y yo, de derecha a izquierda.
El camino hasta el aeropuerto duró unos veinte minutos largos.
Mamá: ¡Ya hemos llegado!
Nos bajamos del coche. En ese momento vi a mi tía Mariluz, que nos esperaba en la puerta.
Mariluz: ¡Hola a todos!
Fernando y tú: ¡Hola tita!
Tus padres: ¡Hola Mariluz!
Rosa: ¡Hola! Encantada de conocerla. Me llamo Rosa y soy una amiga de su sobrina.
Mariluz: Encantada de conocerte, Rosa. Bueno, entrad ya, que yo me llevo vuestro coche para tu casa.
La tita Mari (que era como yo la llamaba) nos dio un beso a cada uno y se fue con el coche. Nosotros entramos en el aeropuerto. En ese momento, a Fer le empezó a rugir la tripa.
Fernando: Tengo hambre. Son las 6:55 y no he desayunado.
Mamá: Es verdad, vamos a comer algo.
Nos acercamos a una cafetería que se encontraba cerca de la puerta, en el lado izquierdo. Yo me pedí un sándwich de pechuga de pavo y un zumo, Rosa se pidió un donut y un cola-cao, y Fernando, una pantera rosa (es un pastel de fresa). Papá y mamá se tomaron solo un café. Cuando acabamos de desayunar, facturamos nuestras maletas y nos pusimos en una cola larguísima que había para subir al avión. Antes de llegar a este, tuvimos que dejar en una bandeja todas las cosas de metal que tuviésemos, como relojes y colgantes, y pasar por el detecta metales. Primero pasaron papá y mamá y no pitó. Luego pasé yo y tampoco pitó, pero cuando pasaron Rosa y Fer... pitó.
Policía: A ver, pasad de uno en uno.
Pasó Fernando, y no pitó.
Policía: Chica, te toca.
Se estaba dirigiendo a Rosa. Ella, asustada, pasó por el detecta metales, y volvió a pitar.
Policía: Aquí hay algo que falla. ¿Llevas algo de metal?
Rosa: Creo que no...
Policía: ¿Puedes quitarte el cinturón, por favor?
Rosa: Sí...
Rosa pasó otra vez por el detecta metales y...


¡Hola! ¿Qué tal? Este capítulo no ha sido demasiado largo, ya pondré el próximo más larguito. Os he dejado con la intriga eeeee xD
En el próximo capítulo sabréis si Rosa llevaba algo que no debía y por eso pitó el detecta metales, o fue por otra cosa...
Un beso.